Fatiga pandémica ¿Qué es?
No pensaba que llegaría el día en que tuviese la necesidad de hablar sobre este fenómeno. Sabéis que no suelo utilizar etiquetas, pero es momento de ir incluyendo este término en nuestro día a día.
Sabíamos que esta nueva ola y las restricciones llegarían tras las fiestas, pero una cosa es imaginarlo y otra distinta vivirlo.
Los continuos cambios en nuestro estilo de vida causados por las cuarentenas impuestas debido a la pandemia, han tenido y siguen teniendo un impacto emocional.
¿A qué llamamos fatiga pandémica?
Sensaciones recurrentes como la incertidumbre, indefensión, angustia, miedo…nos están llevando a este agotamiento físico y mental.
Cambios de del humor, sensaciones abatimiento, tristeza o desgana, pérdida de sentido vital son algunos de los signos comunes que podemos sentir en el contexto actual.
Estamos en un punto crítico, todos tenemos un límite emocional y me arriesgo a decir que estamos llegando a ese límite.
La fatiga pandémica tiene síntomas físicos y emocionales que se traducen en la incapacidad de las personas que la padecen para rendir a nivel laboral, personal y social.
Algunos de los signos que podemos manifestar:
ᛜDesmotivación
ᛜTristeza
ᛜAnhedonia
ᛜPérdida del sentido vital
ᛜAngustia
ᛜTensión
ᛜDesgana
Os cuento a continuación algunas estrategias para transitar esta fatiga, pero siempre mi mayor recomendación es que si sentís que no podéis, no estáis solos. Pedid ayuda, los profesionales de la salud mental, estamos para acompañaros.
¿Qué podemos hacer?
Adaptarnos a la realidad es importante y focalizar la atención en las cosas que podamos controlar y no en aquello que no está en nuestras manos.
No luchar contra las emociones, aceptarlas, expresarlas y compartirlas. Aquello que reprimimos nos acaba oprimiendo a largo plazo.
No dar vueltas a pensamientos que provocan malestar. Quedarnos en bucle “dándole vueltas” no solucionará nada, y nos hará aumentar nuestra ansiedad entre otras emociones. Además de ser un gasto de energía y de tiempo.
Ilusionarnos con cosas que nos motiven, dedicar tiempo a actividades que nos gusten, aunque sea poco tiempo. Recuperar o mantener actividades, rutinas, hábitos que sabemos que nos hacen bien y nos mantienen motivados y activos. La inactividad lleva a más inactividad y se convierte en un círculo vicioso.
Plantearnos objetivos viables y realistas en todas las áreas más importantes de nuestra vida y ponernos en acción, con compromiso y determinación. No hace falta exigirnos demasiado pero si comprometernos con nosotros mismos.
Priorizar el autocuidado, ahora y siempre, pero en estos momentos ser mucho más conscientes de establecer rutinas motivadoras.
Descansar si así lo necesitamos.
Si disponemos de una buena resiliencia tal vez podemos adaptarnos de manera natural, pero aun así(y con ello me incluyo), vamos a necesitar apoyo psicológico para poder transitar esta época.
Nos dicen que hay que adaptarse pero ¿Hasta cuándo podremos estar así? Somos resilientes, pero somos humanos.
Como profesional de la salud, estoy comprometida con mi labor, pero no os voy a engañar que en ocasiones, me faltan fuerzas y la situación donde la salud mental está en riesgo, me entristece mucho.
Los psicólogos hemos visto un incremento desbordante en consulta, puede parecer por un lado algo bueno, pero no lo es, pues indica que estamos en un momento emocionalmente desolador.
Deseo que te encuentres bien.
Irene♡
