Cómo dejar de vivir en "modo automático"

como dejar de vivir en modo automatico (1).jpg

¿Cuántas veces te has visto a ti mismo dándole mil vueltas a un problema o varios? Estoy segura que esto te frustra porque en muchas ocasiones te hace sentir perdido y estancando y, al contrario de lo que esperas, sientes que no tienes el control de tu vida. Además de esto, experimentas una gran dificultad para tomar decisiones, por muy pequeñas o sencillas que puedan parecer a simple vista… ¿Sabes por qué puede ocurrirte esto?

Voy a tratar de exponerte mi visión y explicarte qué significa y qué consecuencias tiene vivir en modo “piloto automático”:

Cuando la mayor parte de nuestro tiempo, estamos preocupados por el futuro, anticipándonos, planeando... y/o en otras ocasiones te das cuenta que has quedado atrapado en tu pasado, navegando en viejas historias y recreando momentos vividos, todo ello es una primera señal para plantearte que puedes estar viviendo en “modo automático”.

En muchas ocasiones, nos sentimos enfadados, aburridos o sentimos estrés. Unas veces es un sufrimiento sutil, simplemente una sensación de no “sentirse bien” o “estar estresado” y otras veces puede ser que la ansiedad, la depresión, el dolor u otros síntomas relacionados se apoderen de nosotros, hasta el punto de limitarnos y hacernos imposible llevar una vida normal. Es por todo ello que, en muchas ocasiones, simplemente ser “humano” no resulta nada sencillo, y menos, hacerlo de manera plenamente consciente.

Nuestro modo de estar en la vida (nuestro estado natural) es tener conectado el “piloto automático”; como si no fuésemos conscientes de lo que nos ocurre realmente, como si estuviésemos dormidos, hipnotizados. No hay nadie observando; sólo el animal (“racional”) reaccionando.

Diferentes estudios han demostrado que, de media, cerca del 75% del tiempo estamos preocupados por cosas que hemos de hacer, tareas que no podemos olvidar, asuntos que hemos de resolver, dudas que nos atormentan... Pero, a veces, cuánto más nos centramos en pensar, menos felices somos, porque perdemos el contacto real con el mundo, con nuestro presente.

Por eso pensar y sólo pensar, nos hace menos humanos, porque dejamos apartadas otras muchas capacidades y sensaciones de nuestro entorno, y nos aleja de la realidad; del aquí y del ahora.

Y es que, ser conscientes, implica observar dónde está puesta nuestra atención, momento a momento. Darse cuenta de las muchas maneras en que nuestra mente se distrae o se preocupa y divaga entre pensamientos del pasado y pensamientos del futuro.

Pero si nos detenemos un instante, quizás descubramos que en muchas ocasiones, estamos haciendo una tarea mientras mentalmente estamos en otros temas, e incluso, en otro lugar.  Sin ir más allá, las nuevas tecnologías, todo y ser una gran herramienta, nos facilitan esta sensación de poder estar en muchos sitios a la vez; videollamadas con una o muchas personas simultáneamente, mensajes de grupo, redes sociales…; plataformas que nos muestran y conectan con diferentes personas y diferentes lugares, pudiéndonos dar sensación de control, siendo éste, al final, un falso control, porque no es real, no es donde estás y dónde te encuentras realmente.

Y entonces… ¿Cómo puedes aprender a estar presente? 

Afortunadamente, algunas de las habilidades que ayudaron a nuestros antepasados a sobrevivir también nos han facilitado desarrollar unas prácticas eficaces para hacer frente a nuestros cerebros y potenciar nuestro bienestar. Con práctica y un buen entrenamiento, podemos adquirir la habilidad de permanecer en el presente de manera inalterable ante toda aquella experiencia o estimulación, tanto agradable como desagradable. De esta manera, la mente dejará de reaccionar con avidez y aversión, permaneciendo inmóvil, calmada, atenta y serena. Podremos conseguir ser conscientes y aprender a  “cortar” el hábito de ir con el “piloto automático” mental encendido. 

Cuando practicamos y potenciamos nuestra atención, somos conscientes del “ahora”. Nuestra atención se centra en el momento presente y detiene todo el flujo constante de pensamientos, recuerdos, imágenes, ideas, etcétera. Así, si aprendemos a observar los pensamientos desde la actitud consciente, nos damos cuenta de que un pensamiento sólo es un pensamiento, y nada más, permitiéndonos vivir una vida con sentido, sin perder el tiempo enredándonos con pensamientos que no nos llevan a ninguna parte, ni a ninguna solución. Si nos observamos a nosotros mismos, con esta posición y actitud, podremos ver el proceso, ser conscientes de él.

Incorporar esta práctica nos va a generar un espacio entre los estímulos (externos e internos) y las respuestas (externas e internas), creando entre ambos un tiempo para responder más adecuadamente, más habilidosamente, aportando con ello mayor libertad. 

En resumen, se trata de entrenarnos en diferenciarnos y distanciarnos de nuestros pensamientos y emociones, de no dejarnos arrastrar por ellos; se trata de permitirnos simplemente ESTAR, simplemente SER. 

Así, abre los ojos y despierta, sal del piloto automático y entra en tu vida. Vive el aquí y ahora de manera presente y plena. Deja atrás el control y la lucha con tus pensamientos, para vivir la vida que deseas.

como+dejar+de+vivir+en+modo+automatico+%281%29.jpg
Irene Ferreras Fernandez