¿Cómo dejar de preocuparnos?

ireneferreraspreocuparse
 
Sufrimos más en la imaginación que en la realidad .
— Séneca

Principalmente somos nosotros los que decidimos amargarnos y disgustarnos cuando nos creemos sin cuestionar y sin más, las preocupaciones de la mente. 

Preocuparse es una tendencia parcialmente innata, pero aún siendo una tendencia innata, no tenemos porque seguirla ni dejarnos arrastrar ante ella. Innato no significa fijo

Podemos cambiar tendencias, trabajando en ello, pero no podemos dejar de tener pensamientos. Así es mejor aceptarnos y aprender a convivir con ello.

Como especie humana nacemos con una tendencia a solucionar problemas. Si no fuese así, no hubiésemos sobrevivido. 

Debido a que gran parte somos nosotros los que “decidimos” disgustarnos, cuando nos creemos los pensamientos, también podemos decidir hacer el proceso contrario. 
Aunque nos haya educado para “Amargarnos” podemos cambiarlo en parte y hacer que esto disminuya.


Te cuento algo personal para ponerte un ejemplo:

A mí me encanta el dulce, igual que a mi padre.

Él siempre tomaba dulces, aún lo hace. Hasta los 28 yo seguí su ejemplo. Me encantaban las palmeritas de chocolate, básicamente todo lo de chocolate…me comía cada fin de semana un helado, y mis postres nunca podía faltar, aún quedándome muy llena después de comer.

Hasta que mi colesterol se disparó(también por genética claro está). 

¿Cómo podía ser si soy joven y estoy delgada?

Así que inmediatamente, dejé de comer dulces y me puse las pilas con el deporte.

¿Echo de menos el dulce? No os voy a engañar, sí. ¿Me lo permito? Poquísimas veces. 


Así que aun cuando tengamos una fuerte tendencia a actuar de forma poco saludable con nosotros, tenemos la opción de seguir, de manera insensata nuestras tendencias heredadas y adquiridas y sentirnos ansiosos, deprimidos, rabiosos… o cambiarlo para ser menos autodestructivos

Tenemos en nuestras manos la capacidad de entrenarnos para que nuestra conducta nos favorezca en vez de que nos destruya.


Cuando nos comportamos de forma automática, nos creamos problemas tanto en nuestro interior, como con el exterior, en nuestras relaciones. 

Mi consejo es que nos entrenemos en mejorar estas dos áreas.

Si somos capaces de observar nuestros pensamientos, emociones y sensaciones, podremos cambiar la manera en que nos preocupamos y nos amargamos innecesariamente, centrándonos en tomar elecciones mucho más acordes y saludables.

Una vez nos habituamos a tener una conducta autodestructiva, podemos tener grandes dificultades para cambiar. Si nos creemos los pensamientos y nos aferramos rígidamente a ellos, tendremos más dificultad para soltarlos. Así que dejar de comportarse de manera “inútil” suele ser difícil y caer de nuevo en ello bastante fácil. 


Cuando nos comportamos de manera autodestructiva, somos capaces de descubrir nuestros pensamientos y emociones…Que nos amargan y nos limitan, normalmente tras las consecuencias de nuestros actos. 


Si realmente estamos dispuestos a afrontar nuestras adversidades y nuestras propias “sombras” podremos movilizarnos a actuar en línea con nuestros valores para lograr la vida soñada. Potenciando así, nuestras tendencias constructivas minimizando las destructivas. 

Si podemos cambiar la manera en como actuamos, pero solo después de trabajar en ello y sobretodo practicar. Sí con trabajo, sí con práctica.  Y quien diga lo contrario miente. 

No existen fórmulas mágicas, ni tips mágicos… Como se promueven últimamente por RRSS. 

IreneFerreras terapiaonline

Como os menciono más arriba, los seres humanos nacemos con nuestra mente programada para una serie de funciones, entre ellas, la preocupación, para garantizar nuestra supervivencia.

Por eso, no es de extrañar que se precise de trabajo y práctica, para vivir en vez de sobrevivir. 

No existe magia, no hay nada gratuito. El cambiarse a uno mismo, aunque es posible, requiere de voluntad, compromiso, trabajo, acción, práctica y persistencia.


Veamos cada una más detalladamente: 

Voluntad indica elección o decisión. Nosotros elegimos que hacer, o no hacer. 

La voluntad de cambiar significa que decidimos cambiar, y después tal vez, actuemos y nos comprometemos por conseguirlo y practiquemos un a vez adquirimos el conocimiento de lo que necesitamos hacer para llevar a cabo nuestro cambio. 

Decidimos hacer algo: “No preocuparme por aquello que no está en mis manos”. 


Compromiso: Tenemos la determinación de actuar según nuestra decisión y sobre lo que es valioso para nosotros. “Estoy dispuesto a hacer lo que haga falta, para...”


Trabajo: Adquirimos el conocimiento de que lo que necesitamos hacer(y dejar de hacer) para conseguir nuestra intención, nuestra decisión. “Dejaré de darle vueltas a las cosas que todavía no están pasando”. 

Acción: Empezamos a actuar sobre la base de nuestro compromiso y con el conocimiento adquirido. Actuamos para que se dé el cambio. 

“Cada vez que me dé cuenta que estoy enganchado a mis pensamientos puedo ser consciente de mi respiración, observarlos y centrar mi atención en lo que tiene valor para mí”.

Práctica: Continuamos de manera constante y perseverante, con nuestra decisión de cambiar, con la determinación. 

“Ahora que soy capaz de observar mis pensamientos con distancia y no engancharme tan fácilmente a ellos, voy a seguir siendo consciente momento a momento, para seguir cambiando”. 

Persistencia: Cuando me doy cuenta, que he vuelto a caer en mis automatismos, decidir de nuevo dar valor y recordar todo lo que he aprendido y de nuevo seguir practicando. Recuerda los beneficios. 

“Recaer” no quiere decir volver al inicio, ni volver a lo de antes. “Vuelvo a estar igual” “De nada sirve tanto esfuerzo”… Son solo pensamientos. 

Mientras trabajemos con constancia por nuestra propia salud y bienestar, debemos tener claro que hay cosas que no cambiarán; Nunca se puede dejar de pensar, ni apagar nuestra mente, ni dejar de tener preocupaciones. Es nuestra condición humana, es nuestra herramienta.

Siempre seremos propensos a la preocupación, a la resolución problemas, a tener pensamientos negativos y autodestructivos… Pero podemos convertirnos en seres más conscientes, menos amargados, y actuar con más determinación y dando valor.


Podremos entrenarnos, y rara vez, nos preocuparemos o nos dejaremos arrastrar por los pensamientos “Inútiles” pero no siempre será posible. No de manera absoluta, no al cien por cien. 

Si creemos que estamos “curados”, dejaremos de practicar y persistir, cuando alcancemos cierto punto “deseable” y esto inevitable nos conducirá a dejarnos atrapar por el automatismo de nuevo.


No nos centremos en el perfeccionismo, intentemos hacerlo lo mejor que cada uno pueda, en lugar de “lo mejor”. No lograremos ser totalmente seres libres de preocupaciones, puesto que somos humanos.


Prueba, experimenta, encuentra lo que te funciona, comete errores, no creas en los “milagros”, busca ayuda de un profesional con buena formación.

Cuando alguien te ofrezca un proceso rápido, fácil y milagroso, sin datos científicos que respalden esos consejos baratos, sal corriendo de ahí.

Gracias por leerme :)

ireneferreraslamente


Irene Ferreras Fernandez