Tu niño/a interior

foto_irene_14.JPG

Nuestro niño o niña interior es una parte antigua de nosotros mismos que puede aparecer en forma de emociones, pensamientos, sensaciones o comportamientos ante determinadas circunstancias que lo reactivan.

Si estas vivencias no fueron reparadas en su momento, puede ser que nuestro niño o niña todavía tengan las heridas emocionales que en su momento no supimos o pudimos resolver por no tener las habilidades de afrontamiento necesarias disponibles.

Crecer por fuera no siempre implica crecer por dentro.

Si cuando éramos niños vivimos experiencias intensas que nos hicieron sentir tristes, solos, incomprendidos, desamparados, avergonzados, furiosos o asustados, y, por el motivo que fuera, no fueron adecuadamente atendidas, validadas y/o reguladas, probablemente dejaran en nosotros una huella difícil de borrar.

En la mayoría de las ocasiones, es en el presente donde estas experiencias dolorosas previas no resueltas generan que nuestros niños y niñas interiores reaparezcan para hacernos saber que siguen dolidos. Entonces, es cuando empezamos a pensar, sentir y actuar desde su dolor, convirtiéndonos de nuevo en esos niños y niñas.

De niños, necesitamos de un adulto comprensivo, que nos atienda con amor y que nos ayude a gestionar las vivencias dolorosas de la vida. Para poder afrontar situaciones que conllevan una alta carga emocional, necesitamos que nuestras figuras de referencia (normalmente, nuestros padres) nos enseñen a saber qué hacer con aquello que pensamos y sentimos en un momento determinado. Pero la realidad es que, no todos tenemos el acceso a esas relaciones todo el tiempo o en el nivel que necesitaríamos.

Por ese motivo, con este post quiero animarte a que, ahora, como adulto/a, seas tú mismo/a esa guía interna sensible y amorosa, capaz de aprender a curar las heridas a ese niño/a que tanto necesita tu atención.

Sé tú mismo/a la guía interna, sensible y amorosa, que es capaz de ayudar a ese niño/a a sanar sus heridas.


Para empezar, te propongo estos pequeños ejercicios que quizás te puedan ayudar a conectar con él o ella:

unsplash-image--lIqWQq9VMw.jpg

❦ Visualízate abrazando a tu niño o niña interior.

❦ Hazle saber que sus emociones fueron y siguen siendo válidas.

❦ Visualiza un lugar seguro para vosotros/as.

❦ Dale la oportunidad de sentir cualquier cosa sin sentirse juzgado/a.

❦ Escúchale con atención y compasión.

❦ Hazle saber y notar que estás a su lado y que no le abandonarás.

❦ Hazle saber no es culpable de lo que ocurrió en su pasado, y reconócele que hizo lo que pudo.

❦ Comunícale cosas que te hubiese gustado o que hubieras necesitado escuchar en esos momentos difíciles.


Otro ejercicio que puede ayudarte a conectar es uno que sugiere el maestro budista vietnamita Thich Nhat Hanh:

Inhala profundo diciendo “vuelvo a mi niño/a interior”, y exhala diciendo “cuido de mi niño/a interior”.

Puedes cuidar de tu niño/a interior escribiendo algunos diálogos desde su punto de vista. Esto ayudará a darle voz a su dolor y, a veces, eso es todo lo que necesita, mientras que otras, puede ser necesario atenderlo mediante un trabajo psicológico más profundo.

Reconocer al niño/a interior significa tratarlo con respeto y amor, a la vez que nos atendemos y acompañamos a nosotros mismos.

Irene Ferreras Fernandez